Vínculo del terapeuta y paciente.

Vínculo hacia el terapeuta.

El proceso terapéutico implica un vínculo que se establece entre terapeuta y paciente desde el momento en el que os sentáis en ese sofá. Es algo que está poco visibilizado y que a mi me gustaría explicar. Se trata de un paciente que crea un vínculo con el terapeuta, en este caso conmigo y que tiene reacciones emocionales, precisamente por cómo le hago sentir en terapia de escuchado, comprendido, acompañado y en algunas ocasiones, que espero las menores posibles, incluso dañado.

Vínculo hacia el paciente.

En el otro lado de la experiencia, estoy yo, que también desarrollo este vínculo con vosotros. Pasáis de ser absolutos desconocidos a personas a quienes acompaño en un proceso de crisis y autodescubrimiento. Igual que os decía que hay un vínculo y reacciones emocionales de vosotros conmigo, lo mismo pasa al revés. En sesión me puede alegrar mucho de encontrar respuestas con vosotros y en ocasiones me emociono al escuchar alguna herida o alguna reflexión de superación. Al cerrar el proceso terapéutico muchas veces pasáis por mi cabeza y pienso en cómo estaréis.

Otra parte tiene que ver con cómo me hacéis sentir en la relación que desarrollamos. Con la mayoría de pacientes suelo sentirme en una relación de respeto, aprecio y valoración mutua que ayuda a que este vínculo se vaya creando de una forma muy sana.

Algunos pacientes toman consciencia de esta relación que existe e incluso consiguen ver más allá de mi papel como profesional que ofrece un servicio. Está claro que el vínculo nunca va a salirse de este rol, pero aprecio muchísimo esos pequeños detalles que muestran a alguien viendo más allá. Tengo gestos muy bonitos de pacientes que me gustaría compartir, por si os podéis encontrar con una sonrisa, en esta lista.

Recuerdo a una que se han acordado de mi y me ha traído un pequeño detalle de un viaje, otra persona que a pesar de haber cerrado sesiones me manda fotos de ella y su familia, alguien que me trae algo dulce para comer sabiendo que se me hace tarde en la consulta o algún otro que me sube un café por la mañana. Otra persona que me agradece de corazón una sesión tras hacerla, otro que me ha preguntado qué tal un viaje, una plantita nueva para mi despacho, un abrazo tras las sesiones, otra persona especial que me tiene en sus oraciones o una carta muy emotiva de cierre de terapia.

Micro-roturas del vínculo.

Valoro de igual manera a las personas que se han atrevido a hablarme de alguna micro-rotura del vínculo, que me han explicado algo que he dicho que les ha hecho sentir incómodos y me han dado la oportunidad de repararlo. También por mi parte, me gusta intentar reparar algo que me hagáis sentir y que me moleste, podría ser por ejemplo alguien que me está transmitiendo alguna sensación de hiper-exigencia, dependencia excesiva o falta de compromiso. Aprecio de veras que se escuche el mensaje y que me dejéis exponeros la situación para repararla.

De una forma o de otra, lo que quiero transmitiros es la existencia de este vínculo y el valor que le doy.

Proceso.

Cierre de sesiones.

De una forma o de otra, lo que quiero transmitiros es la existencia de este vínculo y el valor que le doy. Por eso creo en la importancia del cierre de terapia. Normalmente estos se dan de forma consensuada por haber conseguido los objetivos terapéuticos, pero son para mi igualmente importantes en los casos en los que alguien siente que le he ayudado, pero que quiere seguir sólo el camino o por otras rutas. Se trata al final de cerrar esta etapa dando valor a lo que ha surgido de ella.

El rol, el proceso y cómo transitarlo.

Hay algo de lo que se habla poco, que creo es importante recordar. No existe el terapeuta perfecto, la terapia tiene mucho más que ver con el binomio terapeuta-paciente. A veces la eficacia de una terapia no tiene tanto que ver con la formación del terapeuta ni su experiencia, sino que es cuestión de sentirte seguro con el terapeuta, ya que es lo que te da más libertad a expresarte de una forma especialmente vulnerable y a hablar desde esa parte de ti. Otras veces tendrá que ver con que estés empezando terapia en un momento en el que realmente está abierto a cuestionarte y trabajarte. Otras tantas veces tendrá que ver con el terapeuta y el abordaje del caso, que por múltiples circunstancias, será más o menos acorde a lo que necesitas.

Desde el inicio intento que los pacientes sean activos en su propio proceso. Si has iniciado un proceso de terapia conmigo te animo a que te comuniques. ¿Hay un tema que cuando lo hablamos notas que se mueven cosas? ¿Hiciste una sesión especialmente sanadora? ¿Sientes que quieres profundizar más en un tema que tratamos hace tiempo? ¡Exprésalo! Al final ir a terapia se podría parecer a ir a una sesión de fisioterapia, cuando tocan un punto que te molesta, tienes que avisar para que pueda seguir trabajando esa zona, al igual que cuando algo se te estás destensando y notas mejora.