Me llamo Elisa Toledo Arrom y soy psicóloga. Muchas personas saben que quieren estudiar desde niñas pero este no fue mi caso. No recuerdo una razón muy clara para elegir esta profesión. Simplemente fueron germinando ciertas semillas a lo largo de mi vida que formaron partes importantes de quien soy ahora mismo como persona y como psicóloga. Por lo que a la hora de elegir mi profesión vi el bosque a través de los árboles. Entonces empezó mi camino en la psicología.
La universidad me ofreció un enfoque global de la persona, pero al terminarla sentí que necesitaba profundizar y ampliar mis conocimientos sobre las distintas patologías y su tratamiento. Cada persona y cada estado vital es diferente y por tanto tiene necesidad diferentes. A mayor pluralidad de conocimientos, mayor es la individualización del acercamiento terapéutico. Por ello estudié el Máster en Psicología General Sanitaria por la Valentian International University (VIU), Además, esto me otorgó una capacitación en el ejercicio clínico.
Con el objetivo de acercarme a los enfoques terapéuticos más actuales, realicé el Máster en Actualización en Intervención Psicológica y Salud Mental por la UDIMA. Además, el concepto de salud mental se volvió para mi incluso más importante que el de trastorno mental, puesto que ese es el objetivo final de cualquier tratamiento. Este Máster me permitió reformularme lo que debía ser la psicología.
Finalmente cursé el Máster en Neuropsicología Clínica para comprender mejor la relación entre los conceptos cerebro-mente, puesto que si ya hay un efecto enorme entre cuerpo-mente, ¿Cómo no habría de ser el efecto entre las estructuras cerebrales y la mente?. Entender como se comporta el cerebro durante una adicción o cualquier otra problemática es a la vez fascinante y esclarecedor.
Toda esta formación me aporta una visión teórica global para el abordaje terapéutico. Actualmente y desde hace años formo parte del Colegio Oficial de Psicólogos ( B-03057)
A nivel laboral, he abordado la psicología desde múltiples perspectivas. Desde el área social realizando talleres en el centro penitenciario, hasta el ámbito clínico ejerciendo como psicóloga en un centro de psicología y psiquiatría y realizando proyectos de investigación para revistas y congresos dentro del mundo de la psicología. Esto me ha permitido adoptar una perspectiva global e ir respondiendo mejor a las preguntas de cómo y por qué cada persona es como es y se enfrenta a determinados problemas.
El área social me resultó muy enriquecedor. Entré con muchas ganas de aprender de contextos vitales y sociales diferentes al mío y encontrar la forma de ayudar a estas personas sin relativizar su situación ni caer en el paternalismo. Tiempo más tarde decidí avanzar hacia nuevos proyectos para poder dedicarme más a cada paciente.
Esta inquietud me llevó a un centro privado de psicología y psiquiatría. Fue una experiencia marcada por el trabajo en un equipo interdisciplinar y por la variedad y cantidad de casos. Durante más de tres años, pude participar en el tratamiento desde la primera consulta hasta su recuperación.
Durante los años siguientes he continuado con el ejercicio clínico. Además he estado trabajando en algo que me apasiona: la neuropsicología y el tratamiento de pacientes neuro-divergentes. La intensidad en el tratamiento de estos casos y la inversión de tiempo que requiere me ha hecho ir reduciendo mi dedicación a este campo. Aunque sigo colaborando con un centro de desarrollo y haciendo derivaciones de estos casos.
Todo ello me da las herramientas para entrar en el mundo de la otra persona. A ayudarla a entender y resolver la situación que la ha traído a mi consulta.
Esta historia me lleva a este proyecto: el de una consulta en la que poder tratar los casos con libertad y autenticidad.
Hasta aquí llegaría mi presentación, que expongo como un esbozo general. Una pequeña ventana que os abro para que podáis entender el por qué de mi recorrido, de mis inquietudes y las fuentes de las que he elegido nutrirme.